Desde que tengo memoria me apasiona la comunicación. Pero lo que hago hoy, nunca estuvo en mis planes.


Soy Adriana Aguilera y en 2013 me mudé al Valle de Traslasierra, en la provincia de Córdoba, Argentina. 

Ese fue el punto de inflexión.
 

Pensaba que mi vida estaba «bien» y no quería modificar nada. 

Trabajo, familia y rutina funcionaban a la perfección. Pero tras esa mudanza una de las partes del engranaje, mi hijo, dijo basta y todo se derrumbó. 

Buscando la manera de ayudarlo a él comencé a transitar teorías y terapias alternativas que me mostraron quién era yo en realidad. 

Hasta ese momento no tenía ni idea.

Solo hacía lo que se esperaba de mí.

Por eso te cuento que este proyecto no lo soñé toda la vida.

No lo proyecté, ni me desveló en mis visiones de futuro.

Surge de la libertad que siento al haber transitado el proceso de conocerme.

De dejar atrás las estructuras que tenían dormido mi potencial y de la necesidad de transmitirlo para que otros lo descubran.

Hoy estoy haciendo esto, y no otra cosa, porque creo que vos necesitás conocer la importancia de cada mínima participación tuya en la vida del otro.

Porque la vida es comunicación.

Porque estamos sumergidos en esta red de emociones en que solo buscamos ser queridos y aceptados.

Porque tenemos que ser conscientes que una palabra puede cambiar un destino.

¡Y acá estoy! Pudiendo unir mi pasión por la comunicación con este descubrimiento de mi verdadero yo. 

Acá estoy para ofrecerte una manera, humilde y sencilla, de conectar con tu otro, con tu cliente.

Así surge Pikorúa.

Quiero trabajar con vos